En la noche top de Buenos Aires, no se hace cola y se accede por invitación del relacionista público del lugar o por ser parte de la «clientela de siempre», un derecho al que se llega sólo después de varios años de frecuentar el local. Los días fuertes son los jueves y se puede pagar hasta 1500 dólares por una mesa con un camarero que cuida que la copa esté siempre regada del mejor champagne o del whisky más añejo. El dress code es estricto: fashion elegante. Es decir, bien, bien chic.